Una vida de perros
para Anselmo in memoriam
y para Bettina que gustaba
de este relato en sus clases
Harto de correr con el aliento del ovejero tras su cola,
el gato trepó al pino y decidió esperar mejor suerte.
Lejos de darse por vencido, el perro se echó a los pies
de la planta.
La noche los atrapó a mabos por igual.Esa noche, el gato soñó que era un perro.
Y amaneció llorando.
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